Ahora que trabajar desde casa se ha convertido en la única modalidad de trabajo para muchas personas, el viaje desde el dormitorio hasta la bandeja de entrada del correo electrónico es casi instantáneo. En un primer momento puede sonar muy bien, aunque nos debemos plantear si es lo más conveniente para el viaje al trabajo.
En un ciudad como es Madrid el tiempo medio invertido para acudir al trabajo es de 62 minutos. En Londres el dato es aún mayor, 84 minutos es el tiempo empleado.
Si nos ceñimos a estos números, trabajar desde casa suena genial. No hay que desplazarse ni agobiarse por perder tiempo en atascos de tráfico y no llegar puntual a la oficina. Entonces, ¿Qué ocurre con ese tiempo? ¿Qué pasa con los deplazamientos? ¿Se le ha ganado horas al día?
Queremos mostrarte algunos aspecto que nuestro equipo lleva utilizando desde hace bastante tiempo y que pueden ayudarte al cambio del trabajo en casa.
Continúa con tus habitos matinales
Antes de comenzar con el viaje diario al trabajo, primero hay que prepararse para la jornada laboral.
Tal y como has hecho hasta este momento, ahora como trabajador remoto, debes despertarte con el tiempo suficiente para prepararte para el trabajo. Una ducha, desayunar, vestirse como ropa cómoda y apropiada o cualquier otra rutina que solías hacer la debes mantener.
Ya estás listo y ahora ¿Qué ocurre? No te tienes que desplazar para acudir a tu puesto de trabajo. Dispones de tiempo para organizar un día productivo, exitoso y bien planificado. Aprovecha este tiempo.
El viaje al trabajo comienza con más tiempo y con mejor actitud.
Explora tu mente
Aunque depende de cada persona y de múltiples factores, a menudo, muchas afirman sentirse con poco energía a primera hora de la mañana y salir de la cama puede resultar un desafío.
En cambios otras, no lo dudan, a primera hora es cuando se muestran más activas y con las baterías totalmente cargadas.
Da igual cuál sea tu caso, dos o tres minutos de meditación te servirá para poner tu mente apunto y comenzar un nuevo día.
Esto te puede resultar un poco metafísico y puedes pensar que no tiene nada que ver contigo, con tu trabajo o con tu forma de ser. Simplemente haz un prueba y trata de conectarte contigo mismo estudiando tu estado.
Te puedes hacer las siguientes preguntas:
- ¿Cómo te sientes mentalmente?
- ¿Cómo se encuentra tu cuerpo?
- ¿Qué tienes planteado para el día?
- ¿Qué te preocupa?
También te puedes tomar un café. Es un ritual que te puede servir para hacer lo mismo. Conectarte para empezar el día.
Escucha a tu cuerpo
Por la mañana cuando te levantas de la cama has pasado unas 8 horas acostado en diferentes posturas, sin comer y sin beber. Puede que hayas descansado lo suficiente con un sueño reparador o no.
Es normal que tengas sed y necesites hidratar tu cuerpo. Además, teniendo en cuenta que el 77% del cerebro humano es agua, el cerebro necesita estar hidratado para rendir.
También puede que tengas hambre. De sobra es conocido que el desayuno es la comida más importante del día. No tiene por qué ser un desayuno copioso, pero sí lo suficiente para tener la energía necesaria y comenzar el día.
Además tus músculos han estado toda la noche con poco movimiento. Cuándo tu trabajo era en la oficina, caminabas o incluso corrías para llegar a tiempo. Ahora que trabajas en casa, puedes aprovechar la primera hora de la mañana para hacer un poco de ejercicio y estiramientos.
Observa tu espacio
Estar en casa es una comodidad, sin embargo puede implicar un sinfín de distracciones. ¿Hay que poner la lavadora? ¿La cocina está recogida? ¿Hay que cambiar la ropa de la cama? ¿Está sucio el salón?
Seguramente todo está bien, porque durante mucho tiempo has adquirido hábitos para tener tu casa en orden. Aunque ahora, cuando ya no te distraen tus compañeros no puedes evitar fijarte en los detalles de tu hogar que antes no veías porque ahora es dónde pasas la mayor parte de tu tiempo.
Usa parte del viaje al trabajo remoto para eliminar algunas de las cosas que te puedan distraer y que no te molesten a lo largo del día.
Debes crear tu espacio de oficina en tu casa, que de alguna forma esté aislado o te sirva para aislarte del resto. Tu casa es donde vives y tu casa es donde está tu trabajo. Haz todo lo posible para tenerlas separadas.
Fija el objetivo del día
Haz una lista con las cosas pendientes que necesitas hacer. Tanto en lo personal como en lo laboral.
Laboralmente seguro que tienes unos objetivos marcados que haz de cumplir. En lo personal también hay tareas que debes realizar.
Trabajar en casa no quiere decir que no puedas tener descansos. Es más, los descansos son totalmente necesarios.
En la oficina se utilizan los descansos para tomar un café o charlas con los compañeros. Ahora en casa, puedes dedicar los descansos para realizar pequeñas tareas de las lista de cosas pendientes.
Se puede conseguir mucho con descansos de 5 o 10 minutos. Debes establecer tu horario de trabajo intercalando pequeños descansos.
El objetivo de TuCalendi es hacer que tu trabajo y el de tu empresa sea más productivo y eficiente, esté mejor organizado, puedas disponer de más tiempo y que tus clientes tengan una gran experiencia.
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